Por: Miguel Antonio Bernal V. 

El anuncio hecho, el pasado 3 de noviembre, por el rector reelecto de la Universidad de Panamá, hace apenas un año, llama obligatoriamente a la reflexión, al análisis y a la prevención.  En efecto, en su discurso en la Colina, el reelecto designó con nombre, apellido y cargo, ante los escasos presentes, al escogido – por él- como candidato a la Rectoría para el período 2026-2031. O sea, ¡con cuatro años de adelanto!                 

Para quienes creímos que con García de Paredes, ya habíamos visto todo el daño que  se le podía hacer a la Academia, es necesario reconocer que nos equivocamos de lleno.                    

Cuál monarca autoritario y emulando a sus jefes políticos del PRD, el reelecto rector dio a conocer su delfín y ungido para sucederle, como si la Universidad fuese su feudo y los profesores, estudiantes y administrativos, sus siervos o espoliques.   

¿Qué propósitos animan al reelecto para dar un paso de esa  naturaleza que afecta, aún más de lo que ya está, la vida académica y administrativa de la que, una vez fue, nuestra primera casa de estudios?                

¿Qué persigue el reelecto, al querer convertir, desde ya, a la Casa de Méndez Pereira, en un tinglado del clientelismo y del electorelismo y sus más abyectas prácticas?                     

 ¿Qué sentido tiene recurrir, en la Universidad, a una “movida” de esa naturaleza como si fuese un Luis Napoleón Bonaparte?        

Se que lo respaldarán las huestes oportunistas – gustavitas de ayer y floristas de hoy-. Además del silencio de los muchos que hoy ocupan cargos docentes o administrativos, gracias al dedo nominador.          

Es indignante y vergonzoso todo esto, pero no podemos callar ante lo ignominioso de la actuación de los fariseos del otrora templo del saber.    

El delfín, heredero del trono y ungido por el reelecto, José E. Moreno, quien ocupa el cargo, ni más ni menos, de vicerrector academico, solo cabe desearle “buen salto”. 

Por lo pronto, le espera el calvario al que le someterán las huestes de su propio entorno. Quo vadis Universidad?.

(Este artículo es responsabilidad de su autor). 

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