Panamá, México, Guatemala, Ecuador, Perú y República Dominicana expresaron este martes su “enérgico rechazo” a las subastas de objetos precolombinos previstas en los próximos días en Francia, en una nueva iniciativa conjunta contra estos remates que consideran “ilícitos”.

En una declaración conjunta, los países arriba mencionados mostraron su indignación ante el poco respeto que las autoridades en Francia, muestran a la petición. “Deploramos que se mantengan prácticas de comercio ilícito de bienes culturales que socavan el patrimonio, la historia y la identidad de nuestros pueblos originarios”, reza una declaración común de las embajadas en Francia de estos seis países.

Las subastas, en su opinión, fomentan el pillaje, tráfico ilícito y blanqueo de bienes, atentan contra la arqueología moderna, menoscaban la cooperación entre países para la protección del patrimonio y la integridad de las culturas y “de toda la Humanidad”.

La nueva iniciativa, tras una declaración similar a principios de noviembre de México, Guatemala, Perú, Colombia y Honduras, llega en vísperas de subastas de objetos prehispánicos este 9, 11 y 18 de febrero en Francia.

A raíz de otra venta celebrada el 28 de enero, que la secretaría de Cultura mexicana había pedido detener, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, cargó el lunes contra Francia por no regular la subasta del patrimonio cultural de otros países.

Son inmorales las subastas que se llevan a cabo en Francia, es muy lamentable que el gobierno de Francia no haya legislado sobre esto”, dijo el mandatario al ser interrogado sobre el tema en su rueda de prensa matutina.

México, que desde hace años intenta lograr la restitución de objetos en manos privadas que considera como parte de su patrimonio, choca en Francia con la legislación, que deja en manos de los propietarios de los objetos su entrega o no a las autoridades del país norteamericano.

En la nueva declaración conjunta, los seis países latinoamericanos recuerdan esta situación y expresan su compromiso de trabajar con el gobierno francés y con la Unesco para defender su patrimonio, así como su “firme propósito a promover acciones” para frenar la venta.

Invocamos a todas las personas que poseen bienes culturales de nuestros países a regresarlos a su lugar de origen y continúen siendo estudiados en su contexto como elementos de la memoria viva de los pueblos de nuestros países latinoamericanos”, concluye la declaración.

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