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“Pueblo somos todos, aunque no todo el mundo es igual. No es lo mismo ser pobre, que  ser rico o ser general”  (Homenaje a mi Pueblo. Pedro Altamiranda)

Por: Miguel Antonio Bernal v.

La fragilidad de su contextura encerró, siempre, un gran corazón lleno de valores cívicos y de amor profundo por su pueblo. 

Pedrito fue siempre un canta autor muy panameño, exponente de los caracteres del pueblo, del país que lo vio nacer y crecer, observados  en la realidad, exagerados caricaturalmente, para acentuar el aspecto cómico, pero llenos de una observación psicológica exacta.

Todas y cada una de sus canciones, canciones sencillas y elegantes, con sus letras variadas y bien elaboradas, de la pluma de un estudiado filólogo como él lo fue. Educado en Francia, la riqueza cultural adquirida se refleja -sin duda-, en todas y cada una de sus producciones.

Pedrito supo, cual ninguno, poner en el escenario también, la herencia cultural de extraordinarios autores de la cultura francesa, de la cual bebió, entre otros a  Moliére, Victor Hugo, Georges Brassens, por solo citar unos de los muchos que supo cultivar.

Pedrito no tuvo nunca escrúpulos en utilizar la riqueza del vocabulario panameño. La mezcla de elementos satíricos y cómicos que se da en sus producciones musicales, hacen de nuestro compatriota nuestro bardo excepcional.

Sus actuaciones esporádicas, en medio del pánico escénico que lo acompañaba, recibieron el calor de un público de todas las edades, orígenes sociales y poder económico. La dictadura, contra la cual siempre actuó y cantó, jamás soportó el alcance de sus mensajes.  

Fue Pedrito también un gran amante del arte cinematográfico y una enciclopedia andante en la materia, al igual que un apasionado coleccionista de tiras cómicas, con cuyas obras engalanaba su infinita y envidiable biblioteca personal. 

Su partida deja un vacío en quienes tuvimos la alegría de conocerlo y tratarlo, pero sobre todo de escucharlo, valorar su sencillez y humildad, así como su expresiva amistad.

Pero, también nos deja Pedrito un invalorable legado para la cultura musical de las actuales y venideras generaciones. Al partir, no dudo que encontrará a Chaflán y seguirá cantando y alegrando con sus dotes y su humanismo.

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