Entre los fallecidos había dos mujeres y dos niños.

La guardia costera tunecina ha confirmado este lunes que ha recuperado 31 cadáveres de inmigrantes africanos que se ahogaron cuando intentaban cruzar el Mediterráneo hacia Italia.

Las autoridades han matizado que entre los cadáveres recuperados frente a las costas de Sfax, Kerkennah y Mahdia se encontraban los de dos mujeres y dos niños

El número de embarcaciones de migrantes procedentes de Túnez que se dirigen a las costas italianas ha aumentado considerablemente en los últimos tiempos.

Túnez y Libia, principales puntos de partida

Desde enero las llegadas a la costa italiana han superado las 31.000 personas, casi cuatro veces más que en 2022, por lo que el Gobierno de la ultraderechista Giorgia Meloni decretó el pasado 11 de abril el estado de emergencia durante los próximos seis meses tras el desembarco de más de 3.000 personas en tan solo tres días.

Tanto Túnez como Libia son un país de tránsito para miles de migrantes que se embarcan en la ruta del Mediterráneo central, la más mortífera, y, se han convertido en uno de los principales puntos de partida. Durante el primer trimestre se ha registrado la cifra más alta de fallecidos del último lustro con un total de 441 víctimas.

Organizaciones humanitarias denuncian la “extrema violencia y persecución” de las autoridades tunecinas contra los migrantes subsaharianos, especialmente después de que el presidente Kais Said, que se arrogó plenos poderes en julio de 2021-,les acusase en febrero de formar parte de un complot para cambiar la demografía y la identidad “arabo-musulmana” del país.

Precaria situación de los solicitantes de asilo

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, alertó el pasado jueves sobre la precaria situación de los solicitantes de asilo y migrantes y pidió garantizar su rescate así como un “trato digno, eficaz y completo en un lugar seguro“.

Al mismo tiempo, el Parlamento Europeo aprobó una serie de medidas para gestionar la migración, incluido un plan de emergencia que obligará a los 27 miembros a cooperar en caso de que la capacidad de recepción de un país socio se vea superada por la llegada “repentina y masiva” de solicitantes de asilo y migrantes y dispondrán de un año para reformar su caduco sistema de asilo.

Según la legislación vigente, el país que recibe a estas personas debe asumir la responsabilidad, lo que deja en desventaja a países del sur como Grecia, Italia, Malta y España, que exigen solidaridad del resto de estados, mientras algunos rechazan la imposición de cuotas obligatorias.

Noticias RTVE.es 

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