Por: Miguel Antonio Bernal

Cuando “LLegó Matea” el 3 de noviembre de 1903, las tropas de ocupación colombianas, no alcanzaron a entender el significado del contenido del telegrama que hizo girar la historia del Istmo que, voluntariamente, quisó formar parte del sueño truncado del Libertador.

Igual ha comenzado a ocurrir en Panamá, dónde viene imperando un creciente autoritarismo apadrinado por la kakistocracia (gobierno de los peores). No contentos con haber alterado, adulterado, desviado, degenerado las reglas del juego, gracias al comportamiento pasivo y complaciente de la partidocracia, ni se han enterado que las masivas protestas a nivel nacional de la población panameña, con la llegada del mes de Julio, significan los primeros pasos hacia un empoderamiento del poder ciudadano y la firme voluntad de que: no podemos seguir como vamos.

La ausencia de oposición para frenar el autoritarismo progresivo del gobierno nos ha minado, dividido y desviado, -hasta ahora- de poder contar con un Panamá democrático para todos. La decisión de centenares de miles de panameños de asumir su papel de actores del acontecer. como se ha demostrado de canto a canto del país durante lo que va del mes de Julio, nos permite augurar las posibilidades reales de mejores días para el poder ciudadano.

Hace exactamente un año, en esta misma columna ALTERNATIVA, indicaba que: “La crisis que vive nuestra sociedad, lejos de encontrar salidas y soluciones reales, vive una vorágine  creciente y, extremadamente dañina a todos los sectores económicos, culturales, políticos  y sociales”.

Faltaba entonces, aunque se podia ver venir, que la sociedad reaccionara, ante las acciones de la empresa criminal conjunta que controla y usufructúa el poder político. El miedo y el conformismo, dueños hasta hace unos días, del escenario en el que pululaban los espectadores, ha comenzado a quedar atrás.

Llegó Julio y, con él, los resentimientos  acumuladps por la corrupción y la impunidad, han comenzado a ser derrotados en las calles, carreteras, caminos y avenidas de nuestro Panamá, a los cuales han acudido diversos sectores sociales a expresar su hasta aquí, ante el estado desastroso de las cosas,

La mediocridad de los gobernantes comienza a ser desplazada por la indignación y la participación espontánea en las protestas. El conformismo y la sumisión que se habían empoderado y servido de espoliques al autoritarismo rampante, ahora se debilita ante la dignidad ciudadana  que exige en forma decidida, que los falsos líderes sean  removidos y rechazados como salvadores del caos que ellos mismos han promovido y aupado.

Llegó Julio y, con él, la regeneración democrática de la sociedad parece haber comenzado, al despertar nuestras poblaciones ante tanto abuso, a recuperar su brújula

 Hay que  resistirse  a no abandonar la necesaria indignación y rebeldía ciudadana ante la irracionalidad rampante del poder político. No hay que  dejarse manipular por los falsos profetas que se arropan en el electorelismo y la partidocracia.

Un proceso constituyente debe servir de mínimo común denominador como herramienta del poder ciudadano para salir adelante y rescatar nuestra Patria, hoy mancillada por los tartufos que nos gobiernan.

Comparte

Write A Comment