Miguel Antonio Bernal V.

            “No puede haber patriotismo sin libertad,

 ni libertad sin virtud, ni virtud sin ciudadanos.   

           Crea ciudadanos y tendrás todo lo que   necesitas;

 sin ellos no tendrás sino esclavos  envilecidos,

 desde los gobernantes del  Estado hacia abajo” (Rousseau)

La perversión del poder político, a través de su partidocracia y, de las diversas formas de comportamiento que han venido adoptando desde la invasión del 89, ha ido desviando a nuestra sociedad del escenario de las ideas.

Cada vez menos se observa a los “políticos” del patio, conversar, dialogar, debatir o plantear ideas. Mal podemos entonces, los ciudadanos, esperar que estos actuen como promotores de la transformación, que más allá del cambio, anhela la sociedad. La Razón y la ilusión han sido desplazadas por la irracionalidad y la corrupción.

Los “políticos” del patio se han dedicado, con alma, vida, dinero y corazón, a violar permanentemente nuestra seguridad jurídica, la supremacía de la constitución, el debido proceso, la separación e independencia de los Órganos del Estado, nuestras libertades públicas. Y, con la ayuda de la manipulación que practican los medios de comunicación, han logrado anestesiar a los ciudadanos y evitar así que estos sean centinelas de quienes ejercen el poder.

Basta observar el comportamiento de las lacras antidemocráticas que controlan el Tribunal Electoral, dedicados enteramente a excluir a los ciudadanos.

Es por ello entonces,  que urge estremecer las conciencias de los ciudadanos para que se empoderen, para que actuen decididamente a favor de un cambio de este sistema degenerado.

Ese cambio debe ser producto de una decidida y sana rebeldía ciudadana y, ante este gobierno coercitivo y su autoritarismo, reaccionar ante tantos de manes y recuperar el espíritu que nos permita volver a poner las cosas en su lugar.

Debemos los ciudadanos romper las cadenas invisibles que nos atan a un estatuto constitucional impuesto, retomar los valores y objetivos de una democracia digna para preservar los valores humanos. Sin rebeldía, no habra ciudadanía.

Preparemonos para hacer valer el poder ciudadano y alcanzar los cambios necesarios para acabar con los usurpadores del poder….

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