Por: Miguel Antonio Bernal Villalaz

El académico de la Wesleyan Univerity (EEUU), Andrew S.  CURRAN (www.andrewscurran.com), quien ostenta la Orden Francesa de las Palmas Académicas, nos brinda una brillante biografía de Denis DIDEROT, padre de la Ilustración y de la Enciclopedia, que abrieron las puertas a lo más avanzado de la humanidad del siglo XVIII.     

CURRAN en su obra: “DIDEROT Y EL ARTE DE PENSAR LIBREMENTE”, publicado en la Colección Grandes Filósofos de la Editorial Ariel (www.ariel.es), pone al alcance de todos los que la lean, un interesante, fascinante y vibrante recorrido por la vida y obra de un personaje universal cuyas enseñanzas “necesitamos ahora más que nunca antes”.    

Voltaire, otro de los más avanzados y grandes pensadores que, junto a Francia Bacon, John Locke, Isaac Newton, Rousseau, cambiaron el mundo ” al redefinir la antigua relación entre filosofía, ciencia y religión”, y que profesó gran admiración y respeto por DIDEROT, (aún sin conocerse personalmente), el gran pensador y filósofo que fue muy prolífico en sus aportes pero que, guardó en un cajón la mayoría de sus valiosas contribuciones al pensamiento.      

El profesor CURRAN nos dice, que a DIDEROT ” sus amigos le apodaban *le philosophe*  porque se había convertido en el gran defensor de la filosofía. Mucho más que Voltaire, DIDEROT era la cara pública de una oposición creciente ente escéptica y franca a todas las ideas recibidas… Su Encyclopédie resumía la misión de manera sucinta cuando afirmaba que el papel del filósofo es “pisotear hasta pulverizar el prejuicio, la tradición, la antigüedad, el consentimiento generalizado, la autoridad… En una palabra, cuanto subyuga la mente del rebaño”.        

Hago mía la afirmación del profesor CURRAN cuando nos dice que “nuestro tiempo  puede aprender mucho de DIDEROT… el pensador más creativo y destacado de su tiempo, aunque optara en gran medida por dirigirse a a aquellos que vendrían más adelante”       En nuestro Panamá de hoy, que atraviesa por el desierto de la mediocridad, impuesta por los responsables de la educación y de la Academia, bien haríamos en leer y aprender de DIDEROT y de las luces que su pensamiento encendió y que, hoy, permanecen apagadas para beneficio de la plutocracia y de las dirigencías de la partidocracia.    

Lástima también, \que las otrora relaciones que mantenía Francia con Panamá, en cuanto a divulgación y promoción de los valores culturales democratizadores, hoy día se haya mercantilizado a los niveles nunca antes visto desde hace 50 años.       

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