Es la primera comunicación en la que Pyongyang habla del soldado Travis King.

Corea del Norte asegura que el soldado estadounidense Travis King cruzó la frontera desde el Sur y entró en su territorio harto del “racismo y los malos tratos” en el Ejército de EE.UU., y que ha solicitado el asilo en el país.

Ha confesado que decidió venir a la República Popular Democrática de Corea debido a que albergaba malestar por el tratamiento inhumano y la discriminación racial dentro del Ejército de Estados Unidos“, ha informado la agencia estatal de noticias KCNA.

Se trata de la primera declaración Pyongyang sobre el soldado, que el 18 de julio cruzó la Línea de Demarcación Militar y entró en territorio norcoreano mientras realizaba una visita turística de la Zona de Seguridad Conjunta. La nota se difunde un día antes de que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas se reúna a instancias de Washington para discutir la situación de los derechos humanos en Corea del Norte

King ha manifestado su voluntad de pedir asilo en Corea del Norte o en un tercer país, debido a la “desilusión por la desigualdad en la sociedad americana“, según la nota, que asegura que las autoridades aún no han terminado la investigación. 

EE.UU. no responde y asegura que trabaja para recuperar al soldado

El gobierno estadounidense no ha confirmado ninguno de los extremos de la comunicación norcoreana, y ha insistido en que trabaja para recuperar al soldado. 

La prioridad del Departamento es traer al soldado King de vuelta a casa, y trabajamos a través de todos los canales posibles para lograr ese resultado“, ha declarado a la cadena CNN un funcionario del Departamento de Defensa.

Un tío de King en los EE.UU. había declarado a los medios que su sobrino experimentó racismo durante su servicio en el Ejército. Un portavoz de la familia ha pedido a las autoridades norcoreanas que dejen al joven hablar con su madre y que lo traten con humanidad.

King, de 23 años, cruzó la frontera al Norte después de haber pasado 48 días en un taller penitenciario de Corea del Sur por no pagar una multa por un incidente con la policía en Seúl.

Como medida disciplinaria, Washington decidió repatriarlo, pero King huyó del aeropuerto internacional de Incheon, y al día siguiente reservó una visita turística a la Zona de Seguridad, que aprovechó para cruzar al Norte.

El caso se producen cuando los líderes de Japón, Corea del Sur y Estados Unidos deben reunirse próximamente en Washington. El próximo lunes, además, comenzarán los ejercicios anuales conjuntos Ulchi Freedom Shield entre Corea del Sur y Estados Unidos, criticados por Pionynag por considerarlos un ensayo de invasión de su territorio

El racismo, un arma propagandística para Pyongyang

Pyongyang podría utilizarle ahora con fines propagandísticos o como moneda de cambio con Washington. 

Corea del Norte probablemente subrayará el racismo en los EE.UU. y lo usará como un medio para contrarrestar las críticas estadounidenses por la situación de derechos humanos, en lugar de implicarse en una negociación“, ha declarado a Reuters Lim Eul-chul, profesor de estudios norcoreanos en la Universidad de Kyungnam. 
University. 

El Ministerio de Exteriores norcoreano ha citado la discriminación racial, entre otros problemas, que ha calificado “una burla de los derechos humanos y un engaño a la comunidad internacional” por parte de EE.UU. 

En un informe de 2018, Pyongyang subrayaba el agravamiento de la “discriminación racial” bajo Donald Trump. En 2020, con motivo de las protestas por el asesinato de George Floyd, los norcoreanos hablaron de los “extremistas racistas” y criticaron a las autoridades estadounidenses por amenazar “incluso con el uso de perros” para detener las protestas. 

Este interés por los conflictos raciales en EE.UU. no es nuevo. En 1969, Corea del Norte dio cobijo al autor y activista Eldridge Cleaver, responsable de relaciones internacionales de los Panteras Negras, que escribió que el régimen y su “gran líder” habían “elevado nuestra conciencia que nos iguala en la tarea de lidiar con nuestro enemigo número uno, los agresores imperialistas de EE.UU.”.

No obstante, los medios norcoreanos también tienen su propio historial de racismo. En 2014 se refirieron al entonces presidente estadounidense, Barack Obama, como un “mono nativo africano con una cara negra”. 

Un informe de la ONU del mismo año concluía que, entre otras atrocidades, las autoridades norcoreanas habían forzado a abortar a mujeres sospechosas de estar embarazadas de hombres chinos, movidas por la creencia en una “raza coreana pura”. 

Noticias RTVE.es

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