El joven político, elegido en noviembre, mintió sobre su educación, trabajo, origen familiar y religión.
El congresista republicano George Santos sorprendió a su partido al hacerse con un escaño por Nueva York en las últimas elecciones legislativas en Estados Unidos. Este martes tiene previsto jurar su cargo en una Cámara de Representantes que los republicanos controlarán por la mínima, pero su éxito ha quedado empañado por una campaña basada en falsedades. Santos mintió sobre su origen familiar, su educación, su trabajo e incluso sobre su religión, al afirmar falsamente que era judío.
El político, de ascendencia brasileña y de 34 años, había asegurado durante la campaña que había estudiado en dos universidades de élite, que tenía varias propiedades y que trabajaba en bancos de Wall Street. Después de que el diario The New York Times empezara a destapar mentiras en su currículum, Santos ha admitido que no tenía un título de estos centros ni había trabajado en el corazón financiero de Nueva York.
La Justicia investiga además la financiación de su campaña, en la que gastó decenas de miles de dólares en alquileres, vuelos y hoteles de lujo. Afirmó haber puesto de su bolsillo 700.000 dólares en esta campaña, pero hay dudas sobre el origen de esta fortuna. Proviene, según el congresista, de su empresa, la Organización Devolder, aunque hay muy poca información sobre la misma. Tampoco hay constancia de la ONG de defensa de los animales que defendía haber creado.
Santos afirmó también que su madre falleció en los atentados del 11-S, aunque realmente murió en 2016, y que varios empleados suyos perdieron la vida en un tiroteo en una discoteca gay, algo que tampoco se ha demostrado verdadero.
Críticas de la comunidad judía y de los demócratas
Pero uno de los hechos que más ha molestado en Estados Unidos es que se describiera como judío, como muchos de los votantes en el distrito que lo eligió, y que relatara que sus abuelos fueran perseguidos durante el Holocausto y tuvieran que huir de Ucrania durante la Segunda Guerra Mundial. Ahora, Santos se ha defendido asegurando que bromeaba, y la información sobre su familia ha desaparecido de su web.
Diputados demócratas, así como sus compañeros republicanos en Nueva York le han pedido que rinda cuentas, mientras que representantes de la comunidad judía del distrito que lo eligió, en Long Island, han exigido que no tome cargo este martes. “Se nos debe una disculpa por sus mentiras reprensibles sobre su fe judía inexistente y su conexión completamente falsa con el Holocausto“, señaló la senadora estatal Anna Kaplan, demócrata y miembro de esta comunidad judía.
Algunos de los votantes republicanos que dieron su apoyo al político ahora rodeado por la polémica han denunciado que se sienten engañados, mientras que los principales líderes de su partido en la Cámara guardan silencio.
El congresista electo admitió que había mentido para “embellecer” su currículo, pero se ha reafirmado en que no renunciará y que tiene previsto ser parte del nuevo Congreso.
Noticias RTVE.es