La ola de protestas ha llevado a las autoridades chinas a adaptarse y minimizar el riesgo de la variante ómicron.
China permitirá a algunos infectados asintomáticos y con cuadros leves de COVID “que cumplan ciertas condiciones” aislarse en sus hogares en lugar de ser recluidos en hospitales y centros de aislamiento, como sucedía desde hace casi tres años, según la televisión estatal CCTV.
La novedad forma parte de una nueva serie de medidas anunciadas por el Consejo de Estado (Ejecutivo chino) entre las que también figura la reducción de la frecuencia de las pruebas PCR a la población, entre otras decisiones que suponen un paso más en la relajación de la dura política COVID cero vigente desde que comenzó la pandemia.
A excepción de hospitales, residencias de ancianos y escuelas, no será necesario mostrar una prueba PCR para acceder a lugares públicos, un requisito que ha permanecido vigente en los últimos meses en el país asiático y que ya algunas ciudades habían comenzado a relajar en las últimas fechas tras registrar protestas.
Las pruebas de ácido nucleico a las que los residentes urbanos debían someterse varias veces por semana eran uno de los aspectos más controvertidos de los antiguos protocolos junto con el aislamiento de todos los infectados y sus contactos cercanos, a veces en centros de cuarentena con malas condiciones de salubridad.
Prohibido obstaculizar puertas
Entre las nuevas medidas destaca también la prohibición de “obstaculizar puertas”, una práctica que ha sido común estos años en China en edificios con contagiados y que ha causado protestas por los peligros que entraña.
A finales de noviembre, la muerte de diez personas en un incendio de un edificio residencial en Urumqi fue achacada a un supuesto bloqueo de las vías de escape. Aunque las autoridades lo desmintieron, la indignación desató una ola de protestas que se extendió por todo el país.
Según los nuevos protocolos, la detección de un caso positivo en un hogar no podrá desembocar en el confinamiento de todo el edificio, vecindario o barrio, sino que quedará delimitado a la vivienda afectada.
El Consejo de Estado enfatiza la necesidad de “acelerar la vacunación de los mayores“, pidiendo a las localidades que aumenten la tasa de inmunización entre los ancianos, uno de los colectivos más vulnerables pero también uno de los más reticentes a vacunarse en el país asiático.
El nuevo paquete de directrices estipula además que las clases serán presenciales a no ser que se detecten casos en la escuela y que las cantinas y los centros deportivos de las instituciones educativas han de funcionar con normalidad.
Menor riesgo con ómicron
En los últimos días, la prensa oficial había comenzado a minimizar el riesgo de la variante ómicron a través de numerosos artículos y entrevistas a expertos, un giro de argumento que acompaña a la relajación relativa de alguna de las medidas más estrictas de la política de COVID cero, vigente desde hace casi tres años.
Las autoridades ya habían afirmado que se dan las “condiciones” para que el China “ajuste” sus medidas en esta “nueva situación” en la que el virus provoca menos muertes.
El Gobierno defiende que ha salvado millones de vidas mediante su política de COVID cero, que ha consistido hasta ahora en el aislamiento de todos los contagiados y sus contactos cercanos, estrictos controles fronterizos, confinamientos parciales o totales en los lugares donde se detectan casos y pruebas PCR constantes a la población urbana.
Por Noticias RTVE.es