Estados Unidos ha desarrollado un misil capaz de introducirse en territorio enemigo y provocar una sobrecarga de energía que inutiliza sus armas ‘friendo’ sus sensores con microondas.
Después de cinco años de desarrollo, el ejército de EEUU está probando una nueva arma de pulsos electromagnéticos que no está diseñada para matar al enemigo ni para destrozar sus instalaciones, sino para dejar inservibles sus sistemas electrónicos más importantes.
En la guerra actual se utilizan muchos aparatos y armas que basan su funcionamiento en sensores y avanzados sistemas electrónicos. La nueva Arma Conjunta de Ataque Electromagnético No Cinético de Alta Potencia (HiJENKS, en sus siglas en inglés) del ejército de los EEUU es capaz de lanzar ráfagas de microondas que a la vista no causan ningún daño a los sistemas enemigos, pero que fríen los circuitos electrónicos de su interior dejándolos completamente inutilizables.
HiJENKS es un proyecto conjunto de el Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea (AFRL) y la Oficina de Investigación Naval de los estados y, según el medio especializado C4isrnet, está en su fase final de pruebas en la Estación Aérea Naval de China Lake, en California.
No es la primera vez que el ejército americano desarrolla un arma con estas características. Antes contaban con un sistema similar llamado Proyecto de Misiles Avanzados de Microondas de alta Potencia contra la Electrónica (CHAMP). El proyecto CHAMP arrancó en los años 90 con la intención de crear armas no letales que pudieran atacar objetivos militares sin causar la destrucción de las armas convencionales.
CHAMP estaba diseñado para ir acoplado en los misiles de crucero que llevaba el bombardero AGM-86 y, una vez alcanzaba su objetivo, se detonaba e inutilizaba los sistemas eléctricos enemigos. El proyecto se descontinuó en 2019 y ahora el ejército americano lo ha querido relanzar con algunas mejoras.
Según explica la AFRL, HiJENKS resolverá algunos problemas operacionales de CHAMP y reducirá su tamaño y su peso. La. nueva arma se podrá acoplar en distintos aparatos, como misiles o drones, dependiendo de las necesidades de cada ejército. Las pruebas que se están llevando a cabo estos días (durarán dos meses) buscan también mejorar otros aspectos como su potencia y alcance.
“Empezaremos a buscar aplicaciones más específicas para el servicio una vez que hayamos realizado esta prueba de demostración de la tecnología“, afirmó Jeffry Heggemeier, jefe de la división de electromagnetismo de alta potencia de la AFRL, en declaraciones para a C4isrnet.
Un arma inspirada en las tormentas solares
Como apunta Popular Mechanics, el ejército americano se ha inspirado en dos eventos, uno natural y otro causado por ellos mismos, para el desarrollo de este tipo de armas. El primero sucedió en 1859 cuando una potente tormenta solar alcanzó la Tierra incendiando las estaciones de telégrafos de Gran Bretaña. Como ya contamos en su momento aquí cuando hablamos del peligro de las tormentas solares, si este tipo de radiación electromagnética alcanza la intensidad suficiente puede acabar con toda la infraestructura eléctrica y electrónica del planeta, enviándonos de nuevo al siglo XVII.
El otro evento lo propiciaron los propios estadounidenses. Tuvo lugar a principios de los años 60 tras el test nuclear ‘Starfish Prime’. EEUU realizó estas pruebas en el océano pacífico para comprobar los efectos de las bombas nucleares a gran altura y en el espacio cercano. La detonación provocó auroras boreales en Hawai y la destrucción de sus sistemas electrónicos.
Un ataque con HiJENKS es particularmente efectivo contra enemigos que usen armas tecnológicamente avanzadas como las que usan la mayoría de las potencias militares, al menos hasta que encuentren sistemas de protección adecuados a la intensidad de las ráfagas electromagnéticas del HiJENKS. Pero como dice este artículo del Asia Times, sería poco efectivo contra un ejército como el de Corea del Norte. Pyongyang utiliza fundamentalmente armas de la era soviética que no notarían su efecto.
Fuente: Elconfidencial