Por: Alfonso Fraguela

El Operativo Panamá 3.0, que ha puesto en práctica el presidente José Raúl Mulino, ha sido una respuesta inmediata a un problema critico de seguridad que actualmente vivimos.

Hemos escuchado con el paso de los gobiernos, la creación de ciertas políticas de profilaxis social encaminada a evitar el descontrol de la delincuencia de los últimos tiempos, y que ha llevado a los asociados a tener que permanecer en casa para garantizar cierto grado de seguridad que en las calles no se encuentra.

En la conferencia con los medios de comunicación el mandatario, hizo referencia al rescate a la seguridad en la provincia de Darién cuando fue ministro de seguridad.

También resaltó que lo que busca este operativo es devolverle la seguridad a las comunidades que la han perdido.En dicha plática con los periodistas, se adelantó la posibilidad que se instauraran toques de queda general, detal manera que nadie entra y nadie sale de ciertos sectores que se han convertido en zonas rojas.

Esta decisión, constituye una formula rápida para frenar el crimen, y sembrar las bases necesarias para brindar la seguridad necesarias para la inversión extranjera, y el desarrollo de la actividad nocturna que impacta en la economía por medio del turismo.

Sin duda son los primeros pasos, encaminados a poner la casa en orden, y posteriormente, desarrollar actividades de promoción internacional para lograr el desarrollo, y unas finanzas estables en el Estado.

Los primeros reportes de efectividad sobre el operativo han reflejado la detención de un grupo importante de personas que estaban siendo requeridos por las autoridades y que encontraban eludiendo las mismas.

El tiempo de vigencia del Operativo Panamá 3.0, aún no se sabe, pero suponemos que el mismo se mantendrá, hasta que las aguas alcancen los niveles normales y aceptables de seguridad, que las comunidades requieren para el desarrollo de sus actividades.

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