¡El derroche de regocijo colectivo era impresionante! La calle 50, punto donde los grupos que por más de 30 días estuvieron pidiendo el CIERRE YA de la mina, que gritaban PATRIA o MUERTE, y que prácticamente pedían que corriera sangre, pero que el cierre fuera inmediato, deben sentirse en estos momentos triunfadores.
Y no es que estemos a favor o en contra de lo actuado por la CSJ, o de lo que exigían los grupos radicales como el izquierdoso SUNTRACS, o hasta algunos abogados que buscaron tarima y notoriedad en estas expresiones masivas diarias, aun cuando al final, ni siquiera sus Recursos de Inconstitucionalidad fueron deliberados. No, lo que traemos a colación y por lo que siempre abogamos contra viento y marea, fue por el futuro incierto de los trabajadores, que entre permanentes y temporales, directo e indirectos, ascendían a unos 48 mil aproximadamente, en caso tal y como efectivamente se dictaminó, se ordenara el cierre de Minera Cobre Panamá.
Si… se logró que la Corte Suprema de Justicia fallara y declarara inconstitucional el Contrato Ley 406, pero lejos de los 25 artículos en los que indicaron se violó la Constitución, ahora tocará enfrentar lo que la intransigencia de mucho de estos grupos demostró hasta la saciedad.
El primer pitazo lo dio el banco de inversión JP Morgan, quien advirtió del impacto económico sustancial en las finanzas del país tras el cierre de la mina, seguido de Bloomberg quien publicó el hundimiento de los bonos de Panamá, y el riesgo en grado de inversión. Esto al ciudadano de a pie, a los que no son economistas, banqueros, o no siguen la bolsa del Wall Street, no les hace ruido, porque a diario tienen que levantarse a trabajar para poder producir, no les hace ruido, porque sus necesidades se basan precisamente en poder contar con un trabajo que les genere lo requerido para vivir junto a sus familias.
Y como las consecuencias de una presión movida por diversos intereses, los resultados no podían faltar. Ayer se hizo del conocimiento que Minera Panamá, solicitó al Mitradel la suspensión de contratos a 7,000 mil trabajadores, y empezaron las voces: “¡Que injusticia!, ¡cuánta maldad!, y toda clase de frases acusadoras a una acción que hasta hace poco pedían con megáfonos y bocinas.
¿Es que no era eso lo que pedían en las protestas, manifestaciones y aun en los cierres?, que se diera el CIERRE YA de la mina. Bueno: Precisamente es ¡eso lo que está ocurriendo!, ante la imposibilidad de poder continuar operando y teniendo que sufragar los altos costos, era evidente, era elemental que lo que procedía en primera instancia no era otra cosa que empezar por disminuir la planilla y así es. Seguramente y en fiel cumplimiento de lo que establece el código laboral, los trabajadores serán liquidados como corresponde, hasta que finalmente se cumpla el “sueño dorado” , de sus verdugos, que en este caso serán otros panameños.
Ahora empieza la preocupación por la suerte que corran estas familias, los hijos de los trabajadores, sus hogares, sus compromisos adquiridos y todo lo que significa quedar cesante. En el distrito de Penonomé, ya hay temor, hay miedo porque se prevé un aumento en el índice de desempleo, un aumento en el índice de deserción escolar producto de la falta de recursos para poder costear los estudios de los hijos de los que hasta hace poco contaban con una entrada buena y fija. Y lo que es más peligroso aún la posibilidad que ante la falta de trabajo y la presión de las deudas, y la falta de cobertura de necesidades básicas, la delincuencia pudiera aumentar.
Ah pero eso no lo pensaron los que todos los días anunciaban cierres y protestas. En vez de buscar una salida a través del diálogo, se mostraron intransigentes y decían: ¡NO es N0!, CIERREN LA MINA YA, cuando lo sensato era buscar llegar a un acuerdo y de ordenarse un cierre, planificar un cierre escalonado que permitiera ir colocando a los trabajadores en otras labores, otras empresas, otros rubros.
Vergüenza les debe dar a quienes vociferaban y piedra en mano pedían el CIERRE YA de la mina, siquiera opinar sobre una situación que ya camina y que sin duda utilizarán para tratar de levantarse, perdón, continuar en esa ventana mediática que les significó y garantizó el show mediático, el CIERRE DE LA MINA.
Que no osen, siquiera intentar presentarse como los defensores de los trabajadores, los que darán la cara para defenderlos… ¿Defenderlos de que? ¿Del desempleo y la zozobra que sus propias ambiciones politiqueras crearon?
¡Bastante abogó este medio para que se tomara en cuenta la parte social de todos y cada uno de los trabajadores de Minera Cobre Panamá, pero a nadie importó! Querían tener un bastión de lucha, para poder gritar que SIN LUCHA NO HAY VICTORIA, pues entonces los felicito: Ahí están los frutos de sus ambiciones personalistas y políticas. Que los perdone Dios, porque difícilmente lo harán los más de 40 mil trabajadores directos e indirectos y cada uno de los miembros que conformen esas familias. La intransigencia y la negatividad de querer alcanzar un acuerdo, ha llevado al país a este terreno, de donde difícilmente podremos levantarnos . Que Dios Nos Agarre Confesados!