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La tecla del pendolista

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Por: Carmen Boyd Marciacq

Como todos los años, al irse acercando las fechas en que los estudiantes de todo el país deben prepararse para retornar a las aulas de clases, a esos faros de luz y conocimientos que son los diversos colegios, regresan las mismas preocupaciones de siempre. El costo de los libros, los uniformes, los zapatos, y demás utensilios propios de la labor educativa.

Y es que no importa cuanto aumente el salario mínimo en el país, los costos de los útiles escolares siempre van para arriba, sin que ACODECO, MEDUCA, o la Asociación de Padres de Familia de los diversos planteles, en especial los privados puedan hacer nada, por el contrario a todo lo anterior ahora se suma una nueva modalidad de la cuestionada práctica del juega vivo o que hay pa mi. Si, como lo leen.

En algunos planteles educativos particulares, cuando alguna casa editorial se ha acercado para ofrecer textos de estudio, les han salido con la desagradable sorpresa que no hay nada, sino caen con algo de la ganancia, o por lo menos algún regalito que los motive a adquirir y/o recomendar los libros de uso durante el año lectivo. Las quejas de las casas editoriales ya empiezan a hacer ruido, y antes que esto se convierta en una práctica nefasta y generalizada, es imperante que las autoridades, en este caso ACODECO, MEDUCA, Javier Lombardo quien preside la Asociación de Padres de Familia de Escuelas Particulares y Pedro Acosta Isturaín, representante de la Unión Nacional de los Consumidores de la República de Panamá, tomen cartas en el asunto para lograr detectar, cuáles son los planteles privados que están haciéndose de esta práctica.

Hoy hemos puesto “el dedo en la llaga”, de un mal que empieza a querer enquistarse en el lugar casi sagrado para todo ser humano, la educación, y antes que esto sea el pan nuestro de todos los años, esperamos que la autoridades cumplan con su labor y frenen esta maleantería.

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