Miguel Antonio Bernal

Aún siento la indignación que producía la enseña patria, desgarrada, pisoteada, mancillada y que, ultrajada, recorría apenas la Avenida Central de las manos de la muchachada institutora que, sin ocultar sus lágrimas, llevaba en sus rostros el dolor y la impotencia…cuando ya empezaban las primeras detonaciones.

La indignación estalló mucho antes que los disparos del ejército estadunidense, comenzaran a segar vidas, a abrir heridas en los cuerpos de centenares de hombres y mujeres de un pueblo desarmado. Las primeras horas del anochecer del 9 de enero de 1964, marcarían para siempre a nivel nacional y sin distinción, a los panameños.  Las olas humanas que se multiplicaron en las calles y avenidas de entonces, que se congregaron en las plazas y parques, que concurrieron ininterrumpidamente hasta el Palacio Presidencial, eran voceras de un coraje, de una cólera cívica, de una indignación sin paralelo.

La agresión hería, pero también unía. La impotencia ante la potencia aturdía, pero también despertaba un sentimiento del alma nacional que, por más de un siglo, yacía despojada del cuerpo social…El saldo trágico, en vidas humanas, fue de 22 panameños muertos y más de 500 heridos. El sentimiento de indignación nacional, se expresó en la romería cívica que acompañó hasta el Jardín de Paz a los que, como Ascanio Arosemena, habían muerto con “las balas de cazar patos”, de los soldados del general O’Meara.

El Presidente Roberto Francisco Chiari, notificó al Presidente Lyndon B. Johnson, en una aspera comunicación, la ruptura de relaciones diplomáticas de Panamá con Estados Unidos de América. Miguel J. Moreno, pronunció un vibrante, patriótico y emotivo discurso ante la OEA y la sociedad internacional condenaba la agresión.

Al conmemorar el sesenta aniversario de la Gesta del  9 de enero, debemos impedir que la amnesia se siga apoderando de nuestras mentes y sepamos actuar y decir las verdades con la dignidad que las circunstancias exigen, para levantar nuestra voz con determinación ante las pruebas evidentes de reaparición del militarismo disfrazado de “SENAFRONT”, de “SENAN” o “SPI; de asumir las responsabilidades de nuestras negligencias y posturas acomodaticias, de repudiar a quienes intenten repetir los errores.

Así lo reclaman: Ascanio Arosemena, Maritza Avila Alabrca, Luis Bonilla, José del Cid Cobos, Teófilo Belisario de la Torre, Gonzalo A. France, Victor M. Garibaldo, Jose Enrique Gil, Ezequiel Meneses Gonzalez, Victor M. Iglesias, Rosa Elena Landecho, Carlos Renato Lara, Evilio Lara, Gustavo Lara, Ricardo Murgas Villamonte, Alberto Nichols Constance, Estanislao Orobio W., Jacinto Palacios Cobos, Ovidio L. Saldaña, Rodolfo Sanchez Benitez, Alberto Oriol Tejada, Celestino Villarreta.

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