Por: Miguel Antonio Bernal.

Tempranamente aprendí de Ferdinand Lasalle, que “los problemas de Derecho Constitucional, no son problemas jurídicos sino problemas de poder”.

Difícil de subestimar la enseñanza cuando se tiene la responsabilidad de educar – desde la cátedra de Derecho Constitucional-, a lo largo de casi cinco décadas. Quienes han sido mis alumnos, cualquiera que sea su posición ante la grave situación que vive nuestro país, recordarán las sabias palabras del constitucionalista germano y de su opúsculo “¿Qué es una Constitución?”

Hoy, que la población panameña ha sido llevada a una grave encrucijada por antipatrióticos factores reales de poder; hoy que se abusa de la dignidad del pueblo- verdadero y único dueño del poder ciudadano; hoy que se recurre a mil y una” leguleyada”, para tratar de justificar lo injustificable de una constitución impuesta y cuna del autoritarismo, no creo que sea sano enfrascarse en discusiones estériles, de si “son galgos o son podencos”.

Los detentadores del poder nos han mostrado el cobre hasta la saciedad. Hoy por hoy, la urgencia notoria es sentar la bases, democráticas y participativas, para ponerle freno a los desmanes de la empresa criminal conjunta gobernante, sus cómplices y su imperdonable corrupción de nuestra sociedad, en todas las esferas de gestión pública y, también, privada.

Ya no podemos seguir como íbamos y, se impone que decidamos hacia dónde vamos, pues pretenden llevarnos al contaminado pantano de sus quehaceres, solo porque están en el poder. Las miles protestas que la explosión social ha hecho florecer, no podrán ser marchitadas -y mucho menos sofocadas-por la corrupción, los corruptores y sus padrinos foráneos.

La urgencia de convocar a un proceso constituyente, no puede segur siendo postergada solo por satisfacer la codicia, la egolatría y la satrapía de unos pocos. No será fácil la transición requerida pero, más desafortunado será nuestro presente y, con el, nuestro futuro, si no tenemos el arrojo de actuar contra los impostores gobernantes y sus abusos de autoridad, extralimitación de funciones y putrefacta voluntad de querer acabas con la Patria, que es de todos.

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