Las autoridades panameñas enviaron este lunes hacia Estados Unidos, un cargamento de 42.1 toneladas de drogas que serán incineradas en ese país, producto del decomiso realizado por la Fuerza Pública durante distintas acciones operacionales y policiales.

En presencia del ministro de Seguridad Pública, Juan Manuel Pino, del jefe de Misión de la Embajada de Estados Unidos en Panamá, Stewart Tuttle y de representantes del Ministerio Público, se realizó el traslado en un avión de la Fuerza Aérea, que salió desde el Aeropuerto Panamá Pacífico con mil 440 cajetas en la que fue embalada la droga.

El ministro Pino dijo que la decisión de trasladar la cocaína hacia  Estados Unidos, es para incinerar la droga que se acumula en las bodegas de los estamentos de seguridad y eliminar de raíz la contaminación causada cada vez que se quema la droga a cielo abierto. “Necesitamos garantizar un ambiente sano y esta es una acción concreta en beneficio de todos”, explicó.

Panamá no cuenta con un incinerador y a través de acuerdos de cooperación vigente con la Embajada de Estados Unidos, se coordinó el traslado de la cocaína sin ningún costo para Panamá, un procedimiento que también utilizan las autoridades en Costa Rica y que ha sido efectivo y conveniente.

Mensualmente en Panamá, los estamentos de seguridad en coordinación con el Ministerio Público, decomisan 12 toneladas de drogas, lo que significa que cada tres meses los espacios de almacenamiento terminan saturados.

Por su parte, Tuttle dijo que el éxito de Panamá en las incautaciones de drogas es un punto de orgullo y “contribuir con esto, lo menos que podemos hacer es colaborar con la destrucción de esta gran cantidad de toneladas que se decomisan aquí. Cada año, Panamá alcanza un nuevo récord en incautaciones y es una demostración del profesionalismo de las autoridades y estamentos de seguridad, que se esfuerzan por proteger el bienestar del pueblo panameño”.

Recientemente el procurador encargado de la Procuraduría General de la Nación, Javier Caraballo, informó  que Panamá se prepara para contar con las herramientas adecuadas para la destrucción de drogas, sin embargo, urge la incineración de la droga decomisada en estos últimos meses, que alcanza cifras récord. “La quema de drogas a cielo abierto genera consecuencias negativas al medio ambiente, a las comunidades aledañas y  a los lugares donde se realizan las incineraciones“.

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