El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ofreció este miércoles a los narcotraficantes suspender su extradición a Estados Unidos y otorgarles «beneficios jurídicos» a cambio de que se rindan y abandonen su actividad. «Narcotraficante que negocie con el Estado colombiano (…) no se extradita», dijo el mandatario durante una conferencia de prensa junto al presidente del gobierno español, Pedro Sánchez.

Por el contrario, si no se rinden serán enviados a Estados Unidos, agregó Petro, quien asumió el 7 de agosto como el primer presidente de izquierda de Colombia. «Narcotraficante que no negocie con el Estado se va extraditado; narcotraficante que negocie con el Estado y reincida se va extraditado sin ningún tipo de negociación en los Estados Unidos», advirtió.

El mandatario ha ofrecido «beneficios jurídicos» al Clan del Golfo, el poderoso brazo armado del narcotráfico, sin especificar si esas concesiones incluyen penas alternativas a la cárcel, como las pactadas con los guerrilleros de las FARC que firmaron la paz en 2016. Según Petro, dialogará con Washington para que se haga efectivo su compromiso de no extradición a los delincuentes que se sometan al Estado.

El presidente está empeñado en extinguir el último conflicto interno del continente mediante negociaciones con los grupos que siguieron en armas tras el acuerdo de paz de 2016 con la guerrilla de las FARC, convertida en partido político.

En el marco de su política de «paz total», el gobernante también ha denunciado el «fracaso» de la lucha antidrogas y planteado un nuevo enfoque centrado en la disuasión del consumo en los países desarrollados.

Al cabo de cuatro décadas de persecución del narcotráfico, Colombia sigue siendo el mayor productor mundial de cocaína y Estados Unidos su principal mercado. Además de la negociación con los narcos, Petro está en camino de retomar diálogos de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la última guerrilla reconocida en Colombia.

Durante la conferencia de prensa, Petro aseguró haber recibido «cartas» del Clan del Golfo y otras agrupaciones en armas «pidiendo paz» y una «salida diferente» al conflicto. «Hasta ahora tenemos cartas, hay que pasar indudablemente a acciones; esas acciones deberían ya significar que si se quiere la paz pues se deje de matar, se deje de tener conflicto entre ellos mismos», subrayó.

El ELN, el Clan del Golfo y las disidencias que se marginaron del pacto de paz se nutren de las rentas del contrabando de drogas y la minería ilegal.

Por La Hora

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