Por: Mario Arenas Quijano.

Preocupada amanece hoy la población panameña. Rechaza que un sector de la sociedad haya asumido una posición intransigente frente a las propuestas de solución de diversos problemas, presentadas por el Gobierno Nacional.

Hoy urge crear conciencia para convencer, o para aislar a esos intransigentes. Las opciones radicales, jamás han sido una buena salida. Tratar de imponer propuestas propias, en vez de construir consensos para avanzar, agrava la situación de las mayorías.

Los intransigentes no desean soluciones a los problemas de todos. Ellos impulsan el caos permanente. Y la pregunta es: ¿A quiénes conviene mantener el país en caos permanente? ¿A los intereses de quiénes sirven?

Esa intransigencia inaceptable, que impide al país funcionar con normalidad, es la que nos ha llevado a la escasez de comida, de combustibles, de servicios de salud de libre tránsito y de otros bienes indispensables.

No podemos tolerar que los intransigentes puedan seguir golpeando con dureza la calidad de vida de miles de compatriotas.

Panamá es de todos.
La Patria es primero.
Tenemos que salvarla.
Por todos, Por nuestros hijos y por los hijos de nuestros hijos.

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