Según el diario ABC en España, cuatro guardias civiles fueron encomendados para espiar a la novia de un ex presidente panameño, teniendo como objetivo informar de las ubicaciones, actividades y reuniones que la chica sostuviera, lugares, hora y días inclusive.
El diario español informa que tras la denuncia por acoso presentada por la joven, una empresaria con residencia en la Isla de Mallorca, se procedió con la investigación. A los detenidos se les imputan delitos de pertenencia a organización criminal, descubrimiento y revelación de secretos, y coacciones. También han sido arrestados el propietario de una empresa de seguridad, un trabajador y un falso militar.
En su nota, el medio de comunicación también informó que se trataría del ex presidente Ricardo Martinelli, quien recientemente enfrentó un caso por supuesto espionaje denominado “Pinchazos” donde según sus víctimas, les eran escuchadas sus conversaciones telefónicas a través de un sofisticado programa conocido como “Pegasus”.
Los Cuatro agentes de la Guardia Civil y otras tres personas han sido detenidos, luego que un equipo de Asuntos Internos viajara para realizar los arrestos. Según la investigación, los detenidos montaron una trama para vigilar a la amiga íntima del expresidente, utilizando geolocalizadores con el objetivo de controlar los movimientos de la mujer e informar a Martinelli de si le era fiel.
Los hechos se remontan al mes de julio de 2020 cuando la novia del exmandatario de Panamá regresó a la Isla. Al parecer, Martinelli ordenó al grupo de agentes, que colaboraba con una empresa de seguridad, que la siguiera y protegiera a cambio de una compensación económica.
Los agentes crearon varios grupos de WathsApp donde iban informando Martinelli –apodado ‘Zeus’ en este chat– de los lugares o las personas con las que salía, a través de fotografías y vídeos, según informa la prensa local. Llegaron incluso a montar falsos controles de seguridad para pararla en el vehículo e identificar a las personas que iban con ella.
La trama se prolongó durante meses hasta que la víctima, una empresaria con residencia en la Isla, presentó una denuncia por acoso a finales de año al percatarse de que la vigilaban.