Por: Miguel Antonio Bernal V.

Las aportaciones a la ciencia del Derecho durante las últimasas décadas, no nos permiten continuar dándole la espalda a la urgente necesidad de avocarnos todos a la construcción de un Estado Constitucional Democrático de Derecho.

Diversos autores, tanto europeos como latinoamericanos, han realizado valiosos aportes para una teoría de la Constitución para el siglo XXI.  Sin embargo, en Panamá, los factores reales de poder dominantes se han aferrado a la constitución militarista impuesta, cuyas cuatro reformas no han contribuido en nada a la necesaria democratización de las relaciones de poder en nuestra sociedad.

Debemos todos, en la realización de los procesos necesarios para alcanzar un Estado Constitucional, tener muy en cuenta que “la Constitución no es solo un ordenamiento jurídico para los juristas,,,sino que actúa esencialmente también como guía para los no juristas, para el ciudadano”.

Por razones de orden histórico, además de un sinnúmero de factores objetivos y subjetivos, nuestra formación social no ha podido darse un verdadero Estado de Derecho. Transcurridos ya casi 24 años del siglo XXI, el no abordar la tarea de alcanzar un estadio superior nos convierte en cómplices del estado actual de las cosas.

De ahí entonces que, en el proceso de dotarnos de una nueva Constitución a través de un proceso constituyente democrático, basado en el ejercicio del poder ciudadano que es el soberano detentador del poder constituyente, fijarnos como meta el poder alcanzar un verdadero Estado Constitucional, a tono con los progresos logrados en la materia a nivel munidla.

En esa tarea, la participación ciudadana y los aportes que brinden los distintos sectores de nuestra sociedad, debemos encontrarnos todos inicialmente en la alfabetización constitucional, la cual servirá de punto de partida para poder alcanzar mejores instituciones , codificaciones y normas constitucionales.

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