Miguel Antonio Bernal
El apreciado compatriota, Justo Cèsar Pardo Villalaz, gran recopilador de hechos y anécdotas de nuestra Villa de Los Santos y de la Patria, además de ilustre fotógrafo, nos recordaba recientemente el libro de lectura “Quiero Aprender”.
De la autoría de Rubèn Darìo Carles Oberto (Penonomè,1935), dicha obra sirvió por décadas como libro para aprender a leer hasta tercer grado. En su contenido, nos recuerda Pardo Villalaz, además de ricas lecturas, que disfrutaba con su maestra de segundo grado Lilia Monteza, una en particular se le grabó: “La plaza 5 de Mayo”.
“Esta plaza fue inaugurada en 1916 por el presidente Belisario Porras y la hecatombe fue el 5 de mayo de 1914 en la madrugada. Y es que esta lectura me enseñò desde esa época que el monumento a los bomberos que hay allí como homenaje a los bomberos fallecidos por la explosión de “El Polvorín”, no significa que ese depósito de pólvora y municiones estaba en ese lugar”
Traigo a colación una de las tantas referencias que, como esta, diariamente nos brinda “Payo”,teniendo presente que las elecciones generales para presidente, vicepresidente, diputados, alcaldes y representantes de corregimientos, se llevarán a cabo en nuestro paìs, el próximo 5 de mayo, exactamente ciento diez años después de la tragedia conocida como “El Polvorín“
Y es que, desde el 3 de febrero, al arrancar atropelladamente la campaña electoral, lo que estamos presenciando y oyendo, presagia más de 80 días recios y tóxicos para nuestra población que ya de por sí, por ejemplo, en la capital por lo menos, le basta con los nunca acabados incendios en el vertedero de Cerro Patacón.
Ello nos lleva a considerar que, de no tomarse las precauciones correspondientes de parte de la población, muy probablemente, este 5 de mayo de 2024, estaremos enfrentando otro polvorín. Pero, esta vez, electoral, con consecuencias muy preocupantes para todos los habitantes de nuestro querido istmo.
Afirmo lo anterior dado que un elevadìsimo porcentaje de los electores, manifiesta abiertamente no estar satisfechos con las ofertas electorales, lo cual indica, como se dice en buen panameño, que aquí puede pasar cualquier cosa y, de ñapa, ganar cualquiera.