LIBEREN A LOS BARRABASES Dicen que por los lados de la Cueva, hay unos 40 que están haciendo lo indecible para que durante la Semana Mayor, parodiando las Escrituras, logren liberar a un par de «barrabases», que durante su reinado en la presidencia hicieron como les dio la gana. Uno persiguiendo a todo lo que oliera a CD, y el otro que casi acaba con el país. Como quien dice… Dios los cría y el diablo los junta, y pensar que antes ni se podían ver el uno al otro.
NO TODO ESTÁ PERDIDO Cuando nuestro máximo representante de la Fe Católica, le pega con tubo a la impunidad y a la corrupción, llamando las cosas por su nombre. Ojalá que su discurso retumbe en los oídos de los magistrados cortesanos a la hora que el recurso de inconstitucionalidad llegue al palacio Gil Ponce, y entonces justificando el aumento de 4 mil dólares, apliquen la Ley en derecho, no en bolsillo, y le den raya a ese mamotreto.
POR CIERTO Algunos cabecicalientes bien mandados desde La Alameda, andan diciendo por redes que con esa vagabundería de Ley de Amnistía se verá si el «Joe» traiciona o no. Absurdo! si creen que con ese desgastado cuento van a presionar a Mulino. Aprobar la Ley de los Barrabases como la denominaron en el café en Obarrio, sería darle carta blanca a los miles de condenados por delitos comunes, quienes ya se preguntan: Por qué él si, y nosotros no?
DESDE LA ALAMEDA Quien dice que para dirigir y armar campañas contra el gobierno y figuras prestantes hay que andar en libertad por las calles y avenidas del país? Falso, sino me creen solo miren las redes y las cuentas que se están dedicando a eso. Todas tienen como común denominador ubicación cercana a un colegio de monjas franciscanas. por la Tumba Muerto. Mas claro, imposible.
SEÑOR MULINO Que están haciendo sus flamantes embajadores que desde sus cómodas embajadas afuera no se convierten en repicadores de nuestra soberanía, no organizan presentaciones y mucho menos dan la cara por Panamá? la verdad que salvo en Colombia Mario Boyd Galindo, y en Brasil el Cónsul Rubén Arguelles, los demás pasan bien agachados, incluyendo a nuestro ilustre embajador en Washingtón. Ya va siendo hora de pasar revista a lo que hacen.
