De manera serena, pero muy firme en su hablar, el mandatario panameño José Raúl Mulino, dejó claro que cada metro cuadrado del Canal de Panamá pertenece a los panameños y no es negociable.

La declaración fue una respuesta directa a la intención del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de proponer el regreso del Canal a manos estadounidenses.

La soberanía e independencia de nuestro país no son negociables”, afirmó Mulino, defendiendo la integridad de una de las conquistas más importantes de la historia panameña.

El mandatario destacó que los Tratados Torrijos-Carter de 1977 sellaron el acuerdo para la entrega del Canal a Panamá, culminada el 31 de diciembre de 1999.

Desde entonces, la administración panameña ha garantizado su funcionamiento eficiente, su expansión en 2016 y su rol como un pilar esencial de la economía global.

El Canal no tiene control, directo o indirecto, de ninguna potencia. Es un patrimonio inalienable de nuestra Nación y seguirá garantizando el tránsito pacífico de naves de todas las naciones”, subrayó Mulino, rechazando cualquier insinuación que ponga en duda la soberanía panameña.

El presidente recordó además el sacrificio de los mártires del 9 de enero de 1964 y la lucha generacional que hizo posible la recuperación del Canal.

Enfatizó que, aunque los panameños puedan tener diferencias en otros temas, la soberanía del Canal nos une bajo una sola bandera, la de Panamá.

En un tono conciliador pero firme, Mulino manifestó su disposición a mantener una relación respetuosa con el nuevo gobierno estadounidense, enfocándose en temas de seguridad como la migración ilegal, el narcotráfico y el crimen organizado. No obstante, reiteró que la soberanía del Canal es un tema innegociable.

La patria está en primer lugar. Eso, para este Presidente panameño, no es negociable”, concluyó Mulino, reafirmando el compromiso de Panamá con la defensa de su soberanía y el desarrollo de su principal activo nacional.

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