Por: Miguel A. Bernal V.
El resquebrajamiento político y social existente en nuestro país, golpea de manera directa y negativa a la Universidad de Panamá, primera y principal institución académica a nivel nacional -La profunda crisis político– social y cultural, que afecta directamente la conducta en sociedad, el desarrollo nacional y la credibilidad de las instituciones tutelares del país, se vive de manera mucho más agravada en las universidades públicas y, de manera particular, en la Universidad de Panamá.
Es urgente y necesario que los universitarios todos, despertemos y nos unamos para luchar y defender valores superiores y principios inclaudicables que, hoy por hoy, son violados por las principales autoridades universitarias, empezando por el propio rector.
La Universidad de Panamá, al desconocer decisiones jurídicas a través de sus autoridades, como ocurre con la Convención Colectiva con el Sindicato de Trabajadores Universitarios (SINTUP) produce el más funesto de los ejemplos, crea desasosiego al desconocer derechos adquiridos y violar normas constitucionales e internacionales.
Dirigir una administración que se encuentra en el vértice del cuestionamiento general, al solapar escándalos de corrupción públicos e innegables que han llegado incluso, hasta el nombramiento ilegal de docentes, a través del denominado “banco de datos extraordinario”, concursos de cátedra selectivos y amañados para favorecer a sus adictos Hay, por ejemplo, concursos de cátedra en marcha dentro del claustro, que no satisfacen a la comunidad universitaria por lentos, selectivos, contrarios a la Constitución y a las leyes, además de las propias normativas universitarias.
Una administración que abusa del poder, que ha abandonado las estructuras físicas de la Universidad, el caso del CRU de Colón, la utilización de los órganos de gobierno para la persecución política (con el disfraz de medidas disciplinarias, todas inventadas contra todo el que tenga una voz crítica o denuncie la corrupción rampante), la protección de funcionarios objeto de investigación judicial, no le hace ningún bien a nuestra Universidad-el permanente irrespeto a los disensos y a todo aquel que se oponga a las pretensiones reeleccionistas de las autoridades universitarias, el que la Facultad de Enfermería no haya podido pasar la acreditación, la contratación de profesores por servicios profesionales, el encubrimiento de la inasistencia a clases de profesores adictos al rector, el nulo funcionamiento de la Defensoría de los Universitarios, la adjudicación de posiciones administrativas a familiares de diputados, son solo algunos ejemplos de la situación que promueve la rectoría reeleccionista.
Hacemos un llamado a profesores, estudiantes y administrativos a que sumemos esfuerzos por el rescate de nuestra Universidad.
Iniciemos unidos el esfuerzo cívico y académico de la mano de los valores universales de respeto a la dignidad de la persona, para que podamos salir de los impostores que se han apoderado del templo del saber.