Por: Alfonso Fraguela

El Síndrome de Peter Pan, es una conducta Psicológica que no es más que cuando los adultos se comportan como niños o adolescentes sin asumir la responsabilidad de sus actos como adultos.
Estos eternos jóvenes que viven una fantasía permanente en su mundo del “Nunca Jamás”, ven con un grado de superficialidad todo lo que gire a su alrededor sin mayor preocupación.

Es por ello por lo que consideramos importante hacer referencia a los electores que deben acudir a las urnas a emitir su voto el próximo 5 de mayo. Emitir un voto es algo serio, y debe ser de forma responsable, conociendo las propuestas de cada candidato y llegando a una conclusión convencido de los problemas que enfrenta el país y quién es el mejor candidato para solucionarlos.

Recientemente hemos podido observar el desarrollo de los debates presidenciales, y en ellos, siento que la población no ha recibido en forma clara las propuestas de los postulados, y en cambio, ha sido “un careo” en medio de un show de televisión, perdiendo la oportunidad que el elector se vea informado realmente.
El corto tiempo del formato televisivo para conocer cómo se harán las acciones para enrumbar a la nación, han sido dejado de lado, para dar espacio a las críticas, los descréditos y las descalificaciones que no han impulsado la intención de voto de los electores, por el contrario, han ocasionado que sean dos horas de entretenimiento en un horario de Prime Time, donde algunos han aprovechado la oportunidad para darse a conocer, mientras que otros solamente demuestras la forma obsesionada y casi enferma de pretender llegar a la presidencia.

El Tribunal Electoral, debe dirigir sus actuaciones precisamente hacía lograr que el elector comprenda que es un derecho y una obligación salir a votar en las elecciones, que su decisión dará como resultado el nuevo rumbo del país en medio de desaciertos cometidos anteriormente y que han ocasionado los problemas sociales que actualmente vivimos.

Panamá enfrenta retos muy importantes a corto, mediano y a largo plazo, que requieren de una atención responsable y real, y no lo encontraremos en el país de “Nunca Jamás”, porque no existe.
La juventud que representa una población importante en estas elecciones debe ser consciente que ellos serán los futuros líderes de este país por lo que no podrán desconocer las necesidades sociales que igualmente les afecta.

Ellos tienen hermanos, padres, abuelos, amigos, parejas y aunque no quieran ver los problemas de las comunidades las personas cercanas lo acercan a ellos. La familia juega un papel importante en medio de todo este escenario, porque es ahí donde se debe analizar los problemas y las posibles soluciones a las necesidades que deben ser satisfechas.

La familia panameña, no quiere que le toquen la puerta para llevarle comida, creo que lo que se busca realmente es tener oportunidades en estudio, trabajo, salud que les permita a cada núcleo familiar elevar su condición de vida. Sin tener que deberle el bocado de alimento, una beca, una operación y hasta el empleo a un partido político.

¡Cambiemos el país de Nunca Jamás por nuestro Panamá!

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