Por: Antonio Toffolón- Abogado
El Pueblo ha hablado alto y claro y ha gritado ¡BASTA YA! Y no sólo ha manifestado su posición contraria al expolio minero, al ataque a la soberanía de nuestra nación y a la destrucción de nuestro medio ambiente: también ha hablado, ha gritado ¡BASTA YA! a una casta política de gente sin escrúpulos que se ha dedicado a enriquecerse con todo tipo de corrupciones y corruptelas como si el país fuese de su propiedad y con el único objetivo de enriquecerse obscenamente, mientras se burlaban de todos nosotros.
La putrefacción política hay que erradicarla. Para eso, necesitamos un nuevo impulso de jóvenes comprometidos. Que estén claros y que entiendan el mundo actual con nuevos parámetros y respuestas válidas a los problemas y las inquietudes de las y los panameños. Nuevas personas líderes comprometidas con la gente, sus inquietudes diarias, sus problemas y sus esperanzas. Una nueva manera de entender que las instituciones han de fomentar la participación y el diálogo social permanente y que son herramientas para fortalecer la nación, prepararla para el futuro y que nuestro país sea líder y referencia en progreso y bienestar en toda Latinoamérica.
Yo quiero hacer una clara apuesta por la educación, la inclusión, la diversidad, el talento, las nuevas tecnologías, la investigación y el desarrollo social porque son claves para entender nuestro futuro. Tenemos que endurecer las leyes contra la corrupción y dotarnos de mayores y mejores mecanismos de control de los poderes porque eso fortalecerá nuestra democracia y nuestro crédito en ella. Es una urgencia y una prioridad dar solución a los principales problemas de agua, seguridad y transporte público y han de ser pilares para las inversiones reales del Gobierno.
Desarrollar acciones activas de empleo, fomentando la capacitación profesional y los convenios con empresas, eliminando burocracia para crear empresas, fomentar nuevos yacimientos de empleo como el turismo, la creación cultural y artística, las nuevas tecnologías y la investigación…
El pueblo panameño ha despertado. Hemos dado una lección a toda la clase corrupta de su inutilidad y su repudio generalizado. Ahora nos toca liderar, aportar y comprometerse conjuntamente por nuestro país, por su desarrollo y prosperidad para que nadie se quede atrás y todos podamos vivir dignamente y tener esperanza para nosotros y nuestros hijos y nietos. Es la hora y es posible. Vienen tiempos mejores.