¿El dinero daña a las personas? o ¿Es el poder que daña a la gente?

Por: Dr. Juan Carlos Arias Orlas

Cuántas veces hemos escuchado frases como ¿el dinero daña a la gente? o ¿el poder daña a las personas? Estas frases lejos de ser críticas a personas que logran algún nivel de poder ya sea económico, político o social, es más bien una minimización de los deseos egoístas de una persona que han estado bien ocultos esperando una oportunidad para manifestarse.

El ser humano no cambia, más bien se adapta mentalmente y socialmente por un tiempo para lograr su objetivo y una vez alcanzado vuelve y sale su verdadera naturaleza. Bien dijo un maestro “Porque de dentro, del corazón de los hombres salen los malos pensamientos, … las avaricias, … la envidia, …, la soberbia y la insensatez. Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre” (marcos 7:21-23)

Son estos deseos de los que habló el famoso médico psiquiatra, psicólogo y ensayista suizo, figura clave en la etapa inicial del psicoanálisis Carl Gustav Jung cuando mencionó la famosa sombra oculta del ser humano, que controla las malas inclinaciones y al final se manifiesta dejando ver su imagen a través de sus actos negativos.

Cómo podemos explicar que personas que en su discurso ante el público para ganar su voluntad manifiestan su férreo deseo de ayudar a los mas indefensos y luego terminan vendiéndose a sus propios intereses olvidando su emotivo y aplaudido discurso.

¿será la pérdida de valores del individuo o de alguna parte de la sociedad? o será que ni siquiera conocen cuales son dichos valores y lo que significan.

Ahora, encuentro unas palabras muy brillantes del rey más sabio que ha pisado la tierra, el rey Salomón dijo: “El corazón del sabio está a su mano derecha; más el corazón del necio a su mano izquierda” (la biblia, Eclesiastés 10:2)

La pregunta a realizar para una seria reflexión sería ¿Cuál corazón nos gobierna? Pues el corazón a mano izquierda representa rigor, se refiere al egoísta, y el corazón a mano derecha se refiere al corazón bondadoso, generoso y altruista (no hablo de política).

Hay que volver a la buena educación, algunos piensan que son los niños quienes deben ser educados y eso es verdad, pero hay algunos adultos que requieren ser re-educados pues la verdadera buena educación comienza en la casa cuando los adultos practican buenos valores y los niños los emulan. Pues desde la psicología aprendemos que los hijos no hacen lo que los padres les dicen, sino lo que ven hacer a sus padres. La educación debe ser cambiada por buena educación, pues esto representa el nivel de cultura en un país.

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