Por Jorge Frías G.

Por demasiado tiempo, hemos dado por sentado que el agua siempre estará disponible. Que bastará con abrir la llave para que fluya sin interrupciones. Pero esa certeza ya no existe. La realidad es otra: el agua de los panameños está en riesgo.

Las sequías cada vez más intensas, provocadas por el cambio climático, y el acelerado crecimiento poblacional en las provincias de Panamá, Colón y Panamá Oeste han puesto una presión sin precedentes sobre el sistema de abastecimiento de agua potable. Esta presión afecta también la operación del Canal de Panamá, cuyo funcionamiento depende de los mismos lagos que hoy abastecen a millones de personas.

La última década ha sido la más caliente en la historia del planeta. El año 2023 fue el tercer año más seco en más de un siglo en la Cuenca del Canal, con un 25% menos de lluvias que el promedio histórico. Estos eventos ya no son anomalías: son parte de una nueva normalidad climática para la que no estamos preparados.

Hoy, cinco de cada diez familias en Panamá —más de 2.5 millones de personas— consumen agua que proviene de los lagos Gatún y Alhajuela, ambos construidos hace más de cien años para dar vida al Canal. Estos lagos también abastecen a 8 potabilizadoras activas, y ya hay dos más en construcción. El sistema está al límite.

No se trata de un problema futuro. El problema es presente, real y urgente. Las fuentes de agua actuales ya no alcanzan. Si no actuamos ahora, nos enfrentaremos a racionamientos masivos, interrupciones prolongadas del servicio, y una creciente competencia entre el agua para consumo humano y el agua para el funcionamiento del Canal, que sostiene buena parte de nuestra economía.

Asegurar nuevas fuentes de agua no es opcional. Es una necesidad nacional. Opciones como la reserva de Río Indio son parte de la solución estructural que el país necesita para garantizar agua suficiente y segura para las próximas décadas.

No podemos seguir improvisando ni esperando a que llegue la próxima emergencia. El momento de actuar es ahora. Por nuestras familias. Por nuestra salud. Por la economía. Por el futuro de Panamá.

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