Por: Alfonso Fraguela
Lo que merece un estudio científico, fue la conducta de los electores en las elecciones populares de hace unos días, donde las explicaciones o justificaciones están de más.
Tratar de revertir lo ocurrido tomará cinco años en mucho de los casos mientras en otros casos será mejor que se enfoquen en alejarse de la actividad política porque el tiempo paso, y el agotamiento de la población fue lo que los llevo a tomar esta decisión, sacarlos de la vida política.
Los Partidos Políticos tradicionales, recibieron un mensaje claro de los asociados que los llevó a reemplazar a la gran mayoría de la oferta electoral inclinándose por el sector independiente.
La prueba de fuego será la conducta en la Asamblea Nacional del sector independiente. Quienes deberán demostrar que actuaran con la coherencia que espera el ciudadano que los llevó a ocupar ese escaño.
Y no que terminen siendo, un grupo supuestamente independiente que no responde a nadie solamente a la conciencia individual de cada uno.
El fenómeno ocurrido llegó a todos los niveles, obligando a quienes tradicionalmente dirigían los espacios políticos a ser desplazados por la nueva sangre.
Ocasionando igualmente, cambios estructurales dentro de los colectivos para refrescar sus direcciones, preparándose para las elecciones venideras a futuro.
Lo que históricamente constituía un prestigio de contar la estructura de un partido a nivel nacional quedó reducida a un mito. Ya que fue el propio pueblo que entró a solucionar los conflictos desarrollados por la clase política.
Tomando fuerza el adagio “el pueblo te pone y el pueblo te quita”. Las heridas ocasionadas están abiertas provocando que muchos piensen hasta en abandonar las toldas que marcó la derrota, lo que será una decisión personal.
Mientras eso ocurre, se iniciará un proceso de transición que esperamos se realice con la normalidad necesaria que no afecte el correcto funcionamiento de la administración pública.