Por: Miguel Antonio Bernal Villalaz
Doscientos mil panameños padecen hambre, etecientas mil personas comen mal en Panamá y cerca de 100 mil niños, menores de cinco años sufren malnutrición mientras el Gobierno PRD despilfarra 35 millones de balboas en planillas de botellas y organiza una descarada rebusca de más de diez millones de balboas con la “legalización” de los ilegales.
Todo lo anterior ocurre mientras los diputados del PRD, acompañados de los panameñistas y “la bancada de Yanibel”, votan en la Asamblea por Benicio y Huevito para que presidan las Comisiones de Presupuesto y de Credenciales, al tiempo que, la deuda pública de nuestro Panamá, ante una indiferencia generalizada, asciende –a la fecha- a una suma mayor de cuarenta y ocho MIL MILLONES de dólares USA.
La deuda pública es la deuda que tiene el Estado o sea, la población de un país y se divide en interna y externa. Hay países deudores y países acreedores. Además, “la clasificación de la deuda se efectúa en función de su orígen, del plazo de la cosa debida, del título representativo de la obligación, de la naturaleza del deudor, de la forma cómo ella debe satisfacerse y del lugar dónde debe hacerse el pago”
El aumento de la deuda pública de nuestro Panamá durante los últimos lustros, ha sido constante y permanentemente ascendente.
En 1990 la deuda de Panamá era de 3mil 300 millones.Ya para finales del 2009-gobierno de Martin Torrijos-la deuda alcanzó los 10.802 millones y con Martinelli en el 2014, subió a 17 mil 639 millones. Pero, Varela la subió a 26,612 millones en el 2019 y Cortizo prácticamente la duplicará a finales del 2023.
Las “justificaciones” de los distintos Gobiernos desde el 2000 a la fecha, no han variado puesto que todos han seguido las misma concepciones económicas de un neoliberalismo trasnochado basado en el afán de lucro imparable y de disfrutar privadamente de las mieles del poder.
Ante la actuación gubernamental como empresa criminal conjunta, el pretender saber dónde han ido a parar los miles de millones en prestamos adquiridos en los últimos cuatro años con Cortizo, es más díficil que saber lo ocurrido durante los últimos 18 años que le precedieron .
La pregunta obligatoria que debemos hacernos los ciudadanos es, entre muchas, ¿cómo y con qué vamos a pagar una deuda que no cesa de aumentar día a día? El daño social que representa para las inmensas mayorías de la población las políticas gubernamentales de endeudamiento, es también desconocido y ni el gobierno, ni la partidocracia, como tampoco las dirigencias de los gremios , sindicatos, asociaciones, salen a explicar o a denunciar, a uno de los principales obstáculos para limitar y disminuir la imparable desigualdad social que asfixia a la mayoría de la población.
Gobernar endeudando sin límite alguno, además, simultáneamente, robando las arcas del Estado, no requiere mayor esfuerzo para quienes ejercen la función pública no para el servicio público.
Sin embargo, las otras cifras -que nos ocultan- de desempleo, deficit habitacional y vial, deserción escolar, burocracia estatal, etc, son también de espanto. Todo esto no parece preocupar a los que, con diálogos de yoconyo, pactos para cerrar brechas o sus fracasadas reformas paralelas, han encontrando un modus operandi para seguir endeudándonos y asfixiándonos.Hoy, los histrionismos pre-electorales solo presagian más de lo mismo…