Por Julio Bermúdez Valdés

El presidente panameño José Raúl Mulino puso en evidencias este viernes en Costa Rica, las presiones que trataron de impedir su candidatura presidencial en mayo de 2024, y violentar la democracia en Panamá.
Mulino reveló que enfrentó un clima de “mucho encono y mucho odio”, atribuible a sectores empresariales y mediáticos y ante lo cual les dijo a los tres magistrados del Tribunal Electoral de esa época “…algo que creo que nunca lo he dicho ni en Panamá: si ustedes se prestan para no dejarme correr, les prendo este país por las cuatro esquinas”.
Ahora se sabe por qué la candidatura de Mulino quedó en firme dos días antes de las elecciones de mayo de 2024 tras un fallo de la Corte Suprema de Justicia que indicaba que su postulación no era inconstitucional.
Las declaraciones de Mulino develan un escenario concreto, un intento por violentar el sistema democrático que impera en el país y que otros sectores pretendían violentar. “aquí se va a respetar el derecho del pueblo panameño”, enfatizó en aquella ocasión.
Pero las palabras de Mulino revelan más, y coinciden con aquellos que han definido la situación sociopolítica de Panamá como expresión de la gran batalla hegemónica que se libra en el país y los extremos a los que son capaces de llegar.
Mulino ha hablado de “sectores empresariales y mediáticos”. En todas las elecciones se ha hablado de estos factores, pero ningún vocero oficial se había atrevido a señalarlos directamente, y menos para subrayar la independencia de su gobierno.
Quizás por eso algunos medios que recogen sus declaraciones esta mañana tratan de desestimarlas y otros la censuran, como el diario La Prensa que indica en su espacio editorial hoy por hoy que “lo más preocupante es lo que sí dijo en Costa Rica: que habría “prendido” al país si no le hubiesen permitido ser candidato presidencial en 2024”.
Claro que es preocupante pero no por las razones que alude el reconocido diario, sino por la forma como Mulino y su equipo tuvieron que enfrentar maniobras que le habrían impedido correr, y que le escamotearían el derecho al sufragio a los votantes panameños.
Lo que queda en evidencia, además, es la independencia de Mulino de poderes facticos que siempre han estado detrás del poder.
“…yo no tengo socios, ni tengo padrinos ni tengo grupos económicos tras de mí… yo llegué al gobierno sin hipotecas… hoy vienen a mí, por supuesto, pero en plano de igualdad, no de imposición, ni de jefe a subalterno, que ha sido el problema en muchos países, donde hay gente que no se moja, ponen plata ganan el poder y cuando las osas se ponen serias arrancan a correr.
Algunos balances de esta mañana cubren con hojas de parra su supuesto asombro por las palabras de Mulino, pero dejan de lado el oportunismo y la antidemocracia que se expresa en las presiones de los sectores señalados por el jefe de Estado. (JBV)

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