En los últimos meses, ha circulado una versión alarmante entre los trabajadores panameños: que con la nueva Ley 462 de la Caja de Seguro Social (CSS), las pensiones de jubilación se reducirán al 30% del salario, cuando antes se obtenía hasta un 60%. Esta información ha generado una comprensible angustia y pánico entre muchos asegurados. Sin embargo, como DEFENSOR DE OFICIO DE LA VERDAD y Servidor Público comprometido con la claridad institucional, me permito explicar, de forma docente y pedagógica, lo que realmente establece esta ley.

LO QUE DICE LA LEY 462:
El 60% sigue vigente. La Ley 462, sancionada en marzo de 2025 y publicada en la Gaceta Oficial, reforma varios artículos de la Ley Orgánica de la CSS. Uno de los puntos centrales que la ley sostiene es la tasa de reemplazo, es decir, el porcentaje del salario que un jubilado recibirá como pensión.

✅ Artículo 170: La base sigue siendo el 60%.
Este artículo es crucial. Establece claramente que la tasa básica de reemplazo es del 60% del salario base mensual para los trabajadores que cumplan con: La edad mínima: 57 años para mujeres y 62 años para hombres. 240 cuotas cotizadas (20 años), acumuladas a partir del 1 de enero de 2013.

Esto significa que, si usted ha trabajado de manera continua y cotizado regularmente, su pensión seguirá basándose en el 60% del salario promedio de sus mejores 10 años. No ha habido una disminución arbitraria al 30%.

¿Y EL FAMOSO “30%”? El mito nace de una narrativa con agenda oculta.
Algunos opinadores de ideologías recalcitrantes han citado ejemplos en los que un trabajador comienza a cotizar muy tarde (por ejemplo, a los 45 años) y se jubila a los 65, logrando solo unas 120 cuotas. En esos casos, sí existe una pensión reducida, pero eso no se debe a un cambio en la ley, sino a que el asegurado no alcanzó el mínimo de 240 cuotas.

PENSIÓN PROPORCIONAL.
Aquí entra en juego el cálculo proporcional, también contemplado en el Artículo 170. La fórmula es simple:
Pensión proporcional = (60% del salario base) × (número de cuotas efectivas / 240).
Por ejemplo, si un trabajador cotizó 120 cuotas (la mitad de las requeridas), su pensión será:
60% × (120 ÷ 240) = 30%.

Esto no significa que la ley fije un 30% como nueva base, sino que la persona no alcanzó las cuotas mínimas para recibir el beneficio completo.

¿HAY INCENTIVOS PARA SEGUIR COTIZANDO? Sí.
El Artículo 161 establece que por cada 12 cuotas adicionales a las 240, la tasa de reemplazo aumentará en 2%. Por ejemplo, si una persona cotiza 264 cuotas (dos años más), su pensión puede aumentar al 64%. Esta medida es un incentivo muy bondadoso de la nueva ley para que nosotros los asegurados prolonguemos nuestra vida laboral y mejoremos nuestra pensión por decisión propia según lo planificado para nuestra vejez de forma personal, y no impuesta por la ley.

¿QUÉ SIGNIFICA ESTO PARA USTED?
Si has trabajado formalmente y has cotizado de forma constante, puedes aspirar a una pensión del 60% o más.
Si no has completado las 240 cuotas, puedes recibir una pensión proporcional, calculada de manera justa en función de tus aportes.

Cada uno de nosotros es soberano de elegir la opción del régimen anterior y el nuevo esquema durante un período de transición de un año, según lo dispuesto en la misma ley.

Amados y queridos lectores, les pido, no dejen de leer mi reflexión final:


LA VERDAD COMO DEBER CÍVICO Y COMPROMISO MORAL:
Según mi perspectiva de la verdad, es profundamente preocupante que precisamente quienes tienen la noble misión de educar y formar la conciencia crítica de las futuras generaciones sean hoy los principales difusores de desinformación o interpretaciones erróneas sobre una ley que requiere lectura, análisis y comprensión serena. Si nuestros educadores, los guardianes del conocimiento y la razón reaccionan desde la consigna y no desde la evidencia, entonces el problema no es solo la ley, sino un sistema educativo que necesita una revisión de fondo urgente.

Este momento crucial en Panamá nos llama, como país, a una revisión de nuestra cultura cívica. ¿Dónde quedó el hábito de leer por nosotros mismos? ¿Cuándo dejamos de preguntar, comparar y dialogar antes de salir a las calles? La democracia no se fortalece con gritos ni con cierres; se construye con comprensión, con argumentos y con responsabilidad ciudadana.

No se trata de estar a favor o en contra de una ley o un gobierno que pronto se va en 4 años. Se trata de buscar la verdad, esa que no se encuentra en cadenas de WhatsApp ni en gritos de protesta, sino en el texto legal, en los artículos concretos, en el análisis honesto. Hoy, más que nunca, nuestra hermosa tierra istmeña necesita ciudadanos, y sobre todo educadores comprometidos con la verdad, capaces de guiar con el ejemplo, no con la confusión.

La ignorancia no puede seguir siendo bandera de lucha, y mucho menos desde las aulas. Exijamos, SÍ. Cuestionemos, por supuesto. Pero hagámoslo desde el conocimiento. La patria no necesita más ruido; necesita conciencia. Y la conciencia solo florece donde se cultiva la verdad.

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