Por: Alfonso Fraguela

A poco tiempo de cumplirse el primer año de mandato del presidente José Raúl Mulino, el tema de la corrupción parece ser uno de los temas menos tratados en los últimos meses.
La corrupción fue uno de los problemas que, en campaña electoral, generó mayor repudio social, por sentir que el latrocinio denunciado en los medios de comunicación social prevalecía en nuestro entorno.
La falta de justicia por parte de la población, y la presencia de una pluralidad de candidatos al solio presidencial, alimentaba la esperanza que algo se hiciera en tal sentido, pero hemos visto que nada ocurrió.
El Ejecutivo designo a su Procurador, cuyo desempeño es poco e imperceptible, convirtiéndose en el escenario actual en una clara evidencia, para que las acciones penales prescriban, o que nadie pise un recinto carcelario por las actuaciones en perjuicio de la administración pública, y la nula posibilidad de recobrar los dineros públicos.
La edad que tiene el mandatario de la nación, lo lleva por el sendero de evaluar cómo quiere ser recordado, y a veces en soledad se hace necesario pensar en retrospectiva cuando en algún momento en soledad quería ser presidente del país.
El país enfrenta temas complejos y claramente delicados como es el tema de la Caja de Seguro Social, la Minera, y el Memorándum de entendimiento con los norteamericanos. Temas estos que nos tienen inmersos en un país cuasiparalizado, pues tampoco la inversión extranjera a llegado, para con ello, poder observar la presencia del circulante en la calle.
Panamá y los panameños estamos hartos de los discursos rancios de libros desfasados, y lo que queremos son respuestas concretas a temas que nos preocupan, y por el cual el pueblo lo elegio presidente.
Usted no es el presidente de un grupo de personas, sino de Panamá, y nadie cuestiona eso, pese a la existencia de algunos ciudadanos que buscan interrumpir el orden constitucional, el cual no es compartido por todos.
Usted estará en esa silla hasta su último día de mandato, como presidente y creo que es imperante que los cambios y las acciones legales de la Procuraduría General de la Nación se vean, y no que lo que se vea sean casos aislados como las vigas de acero que se perdieron y que siguen apareciendo. El Fentanilo que desapareció, nadie sabe nada de eso.
Los miles de dólares injustificados de muchos funcionarios, que devengaban un salario, y que tuvieron que hacer una declaración patrimonial, ahora tienen hasta 3 apartamentos, yates, casas, y hasta casas de playa.
Por lo que, si lo hicieron de una forma lícita, deberían patentizar ese emprendimiento, porque no conozco una suma y una resta que nos arroje semejantes cifras de ganancias con salarios fijos.
Ese sentir de desamparo, es peor que los otros tres antes mencionados, pues apreciamos que no hay esperanza en nadie, y los caminos quedan abierto a que las personas queden enamoradas de un discurso radical, que al final nos perjudica a todos.
Usted está iniciando su gobierno, está próximo a cumplir los primeros doce meses de gestión, ponga a su equipo a trabajar a presentar las denuncias en el ministerio público, ya que la constitución los obliga y demuestre que las cosas se harán bien, porque usted se debe a todos, y la esperanza de este pueblo pesa sobre sus hombros.
Usted tiene nietos señor presidente, y ellos dirán con mucho orgullo cuando sean grandes mi abuelo fue pretendiente de Panamá, e hizo lo que tenía que hacer para este pueblo que nos vio nacer.
Hay muchos mandatarios que salieron de la cosa Pública que no pueden decir algo como eso, y eso se debe a que se desorientaron cuando se sentaron en la silla, y los amigos cercanos lo aislaron de la conexión con el pueblo.
Señor presidente como un ciudadano de este país, solamente le puedo recomendar, con mucho respeto escuche, escuche y escuche.

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