Por: Alfonso Fraguela

Con los resultados de las últimas elecciones, se han empezado a ver algunos planteamientos que, en lugar de mandar un mensaje claramente progresista, reflejan una falta de criterio que no ayudan al desarrollo del país.
La Asamblea Nacional a través de los nuevos diputados, no han perdido el momento para emitir comentarios y calificativos contra quienes son sus pares, que son hasta en cierto punto ofensivos.
No quiero con ello que se malinterprete que somos defensores oficiosos de nadie, pero si creo que tales apreciaciones no ayudan L correcto funcionamiento de ese Órgano del Estado.
Hay muchos temas pendientes por debatir como normas, que deberán ser analizadas con la objetividad necesaria y no con la suspicacia o la desconfianza de quienes la presentaron.
El cambio de actitud es positivo, y este mensaje es para el conjunto no para facciones, bloques o grupos, ya que el pueblo los eligió y ustedes deben cumplir el mandato para el cual fueron elegidos.
Buscar consensos en normas importantes y en temas nacionales que deben ser debatidos es vital, y dejarán las bases cimentadas para el futuro.
Hay normas que deben ser consideradas con rapidez, y desarrolladas con prontitud para que empiecen a regir y de esa manera cumplan esa función esperada por todos.
A modo de ejemplo, la Ley de Justicia Comunitaria de Paz es una disposición que requiere ser adecuada a las necesidades actuales, pero de forma urgente, para evitar desatenciones y prolongados procesos que no encuentran un punto final en esta jurisdicción básica.
Lo que se basa en la mediación y en ciertos componentes sociales de métodos alternos de negociación de conflictos, parece que no han tenido el eco esperado convirtiéndose en un tormento para todo el que requiera su atención.
Las constantes criticas al sistema, han ponderado diversos escenarios unos encaminados a incluirlos en el Órgano Judicial, y otros que con cierta fe esperan que el problema se solucione en el camino.
Temas como estos, y otros son los que deben atender los padres de la patria, con la celeridad que espera la sociedad de aquellos a quienes le confiaron su voluntad.
Ese es el camino, que espera la sociedad panameña y no otro, que nos empantane sin mayor explicación.

Comparte

Write A Comment