Por: Alfonso Fraguela.
El inquilino número 39 del Palacio de las Garzas, llega el 1 de julio de 2024, luego de cumplir con lo dispuesto en nuestra Constitución Política.
José Raúl Mulino Quintero, hombre de larga trayectoria política y profesional será el encargado de dirigir el buque del Estado panameño por los próximos 5 años.
El legado que recibe son muchos de administraciones anteriores que prefirieron emplear el engranaje de poder para perseguir y hostigar, abandonando a un lado las necesidades que debían ser atendidas a la población.
La Minería, la Migración, la Seguridad, la Salud, la Educación, el Agua, el Canal de Panamá, la CSS, la basura, las carreteras, la Administración de Justicia, la Constitución Política, la economía, el Trabajo, los Servicios Públicos son solamente algunos de los temas que requerirán la atención permanente del nuevo jefe de Gobierno.
Las designaciones de su equipo de trabajo, ha sido minuciosamente elegida permitiendo la participación de todos los sectores de la sociedad con el fin de hacer un gobierno participativo y de integración nacional.
Los retos que enfrenta la Administración Mulino son muchos, lo que limita la posibilidad de un periodo de luna de miel que en otros gobiernos fue una práctica usual.
A diferencia de esos tiempos, al gobierno entrante le toca dar respuestas en forma inmediata, por las acciones dilatorias que caracterizaron a los gobiernos precedentes.
Desde que el Tribunal Electoral lo declaró vencedor en las elecciones de mayo, el presidente electo inicio todo un proceso de conversaciones con diversos sectores representados en la Asamblea al igual que de la Sociedad, con el fin de que cerremos filas para sacar adelante al país.
Una medida que debemos reconocer que es admirable, pues sin la existencia de una armoniosa colaboración de los actores podríamos caer en desatinos que pudieran entorpecer el proceso de recuperación que todos esperamos en forma inmediata.
La política termino y lo que iniciamos ahora, es un proceso de sanación de las afectaciones sociales que nos dejaron los gobiernos anteriores.
Este trabajo será de todos, con mística compromiso y seriedad.
Esperamos que la humildad, la experiencia de los años, permitan que el nuevo jefe de gobierno, cristalice la tan anhelada paz social que se merece Panamá, y nos lleve por el camino de la bonanza y el bienestar para todos.
