Por: Alfonso Fraguela
Me preguntaba si merecía algunas líneas lo ocurrido en la Universidad Marítima Internacional de Panamá, con una obra en el marco del Festival Interuniversitario Centroamericano de la Cultura y el Arte (FICCUA), y la obra “El Sueño de un Ángel”.
Luego de ver el contenido difundido en las redes sociales donde aparece la bandera panameña y el estandarte de la Universidad, y una pareja simulando un acto sexual frente a los espectadores.
Aunque la Universidad procedió a emitir un comunicado expresando el desconocimiento del contenido y a disculparse, estamos viendo que las universidades no están siendo supervisadas por el Ministerio de Educación, dejando en libertad lo que ofrecen.
La comunidad no puede ver con buenos ojos este tipo de actos, aunque algunos busquen defender que el acto sexual es un acto normal entre los humanos, pensamos que no es los que se espera de un Centro Universitario o una Universidad.
Justificaciones en el sentido que desconocería lo que se iba a presentar al público es más preocupante aún, debido a que confirmaron la falta de controles, y los criterios para poner en escena “El Sueño de un Ángel”.
El Ministerio de Educación debe abrir una investigación con el fin de conocer lo ocurrido y aplicar las sanciones de rigor, para que hechos similares no ocurran nuevamente.
La Educación y la Cultura de un país esta basada en nuestra identidad, en el mejoramiento académico que nos haga competitivos, capaces de ofrecer servicios con altos estándares.
Los estudiantes son el futuro de nuestra Patria, y la falta de valores o los actos que vayan contra la moral y las buenas costumbres no son ni serán vehículos que enriquezcan el conocimiento ni la calidad humana de las personas que recurren a las universidades en busca de superación.
Lo que nos lleva como sociedad a exigir mayores controles y respetos a estos sitios que deben ser considerados como santuarios de la educación y pilar del conocimiento.