Por: Julio Bermúdez Valdés
(Especial para Panama hoy)

León Tolstoi abordó el tema en los cuatro volúmenes de su obra, La Guerra y la Paz, desde las guerras napoleónicas en general, hasta las vicisitudes particulares de sus personajes. Otros autores del siglo XIX también incurrieron en la advertencia, y durante el siglo XX fue copiosa la literatura al respecto.

Pese a todo el pasado fin de semana, los herederos de las disputas de los hijos de Abraham han vuelto a enzarzarse en otra lid, de las muchas que llevan ya por años, desde la guerra del Yon Kipur que por estos días cumple unos 50 años, hasta las distintas batallas que también alcanzan esta centuria.

Por hechos como esos, más que una tragedia repugnante, tal guerra parece un hecho recurrente ad infinitum que por algunas razones no alcanza a sorprendernos, porque siempre hay una excusa para reactivarla, y cuando uno cree que Sabra y Chatila son cosas superadas, aparecen unos cohetes palestinos rasgando el cielo de Israel, haciendo añicos las casas de colonos, y otra vez la orgía de sangre espanta al mundo…y en lugar de un agarrón local se proyecta sobre el planeta, como uno de esos cuervos de ojos feroces con los que Alfred Hitchkoc aterraba a las viejas y nuevas generaciones.

Hoy la Aviación israelí, más allá de Gaza, bombardea los aeropuertos Internacionales de Alepo y Damasco, en Siria… dicen que militares iraníes iban en camino para movilizar armamentos a los terroristas de Hamas y Hezbollah. Tan eficiente como siempre, la inteligencia israelí lo ha descubierto… aunque el sábado se le colaron por la frontera un montón de palestinos…

Lo acontecido este fin de semana en Israel parece una reedición del Holocausto con papeles invertidos, porque si se hace un recuento desde hace muchos años la Franja de Gaza es la prisión de los Ismaelitas, y aun cuando deben pedir a Tel Aviv permiso para todo, incluida las visitas a los más de mil 600 palestinos detenidos, siguen siendo una amenaza sostenida para los hebreos. Y son letales y dramáticas las vistas que muestras los medios sobre los rehenes secuestrados… un poco parecidas a las que se vieron en Palestina, en los tiempos de Menahen Begin.

Nadie duda de que, como ha dicho el primer ministro Benjamín Netanyahu, la respuesta israelí será, como en otros momentos, contundente. No solo porque sienten las justas ganas de hacerlo, sino porque tienen con qué. A propósito, eso también lo saben, hace mucho tiempo, la gente de Hamas. Entonces por qué esa sorpresa sabatina contra los judíos, sobre la cual Egipto había advertido a Israel con tres días de anticipación…ah, perdón… “estamos en guerra”, habrá dicho casi inmediatamente Benjamín… sobre un conflicto milenario iniciado con aquella disputa entre hermanos (JBV).

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